Las mías

 


Llevaba un tiempo pensando en dedicarle esto a ellas. Las mías.

Ellas son esas que me han visto pasando por el peor momento físico que he tenido nunca. Verás, nunca he hecho deporte y, desde hace algo más de 1 año, estoy haciendo crossfit. Sí, ese deporte que se ha puesto de moda y que te hace pasar los peores ratos de tu vida. Pues ellas, me han visto sudar la gota gorda, quejarme, tener ganas de vomitar, asustarme porque tengo el pulso a 1000 (la papa), que se me baje la tensión y se me quede media cara dormida y cagarme de miedo pensando que me estaba dando un ictus. En todas esas situaciones, y alguna más que se me escapará, me han visto. Y unas veces, la mayoría, se han reído de mí y, otras veces, se han asustado conmigo.

Ellas son las que también me han visto pasando por un mal momento, por no saber qué quería en mi vida, por estar pasando por la crisis de los 40 a mis 27 años de edad. Son las que me han visto llorar, preocuparme, enfadarme, quejarme por esos pensamientos negativos que muchas veces se apoderan de mi cabeza y de mí y que no me dejan pensar con claridad.

Ellas han llegado a mi vida porque necesitaba unos ángeles que me guiaran por el camino, que me dieran luz en momentos de oscuridad para seguir caminando. Son las que me han empujado y me han transmitido paz y seguridad. Son con las que volví a llorar de la risa. 

Chicas, sois las entrenadoras perfectas, tanto física como emocionalmente hablando. Sois unas carcajadas a las 18h de la tarde de un jueves cualquiera; sois un "no hay tanta corrida hoy" y sois una carrera de 1600m a pleno sol; sois unas copas con la música a todo volumen para no escuchar nuestros pensamientos; sois una charla en un bordillo, una noche de playa, una cena; sois el mismo tema de conversación durante horas y durante días; sois el marujeo y la complicidad; sois las que se saltarían un muro por salvarme; sois una carta astral y una energía positiva.

Sois las mías. Las que la vida me ha puesto en el camino para que me hagan la vida más divertida. Debéis saber que a veces soy poco estable y vuelo lejos de la gente que me quiere. Soy así. Pero, el tiempo que esté junto a vosotras, que ojalá sea para siempre, os devolveré todo lo bonito que me habéis hecho y dado. 

Por aparecer, por estar y por permanecer.

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