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Mostrando entradas de febrero, 2018

Ilusión

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Ya te dije que yo no he buscado esto. No lo quería, pero de pronto has llegado. No sé si la vida me está dando una nueva oportunidad para volver a creer en algo que ya pensaba perdido, pero se ha encendido una luz que estaba ahí apagada. Ya te lo he dicho: no eres tú, somos nosotros. Es la magia que desprendemos. Es esa chispa que arde cuando nuestras miradas se encuentran. Es esa felicidad que se intensifica cuando nos besamos sin saber que eso, precisamente, era lo que esperaba el otro. Es esa fantasía que hace que solo nosotros entendamos frases de canciones que está cantando el otro. Es simplemente esto. Y es esto, ni más ni menos, lo que me gusta. Eres tú con tu forma de ser y mi tiempo perdido pensando en ti y la sonrisa que se me escapa sin querer. Es este momento el que quiero disfrutar y que quiero que disfrutes conmigo. Ni un paso atrás ni un paso adelante. Ahora. Ni pasado ni futuro. Solo presente. Ese presente que nos bebemos a besos y saliva cuando tu piel roza

Final y principio

Las personas con las almas pequeñas siempre tratan de empequeñecer a los demás. Así me sentí, pequeñita, durante meses. Siendo consciente de que mi mente se oscurecía por culpa de palabras llenas de veneno; queriendo con un corazón que ya estaba hecho trizas. Mucho tiempo estuve escuchando palabras de desaliento, recibiendo actos de desprecio. Hasta que me sentí la persona más miserable del mundo. Perdí el juicio y me creí todo aquello que me decía, porque le quería. "Quiero verte bien", me comentaba. Y empecé a pensar que, quizás, esa era su forma de ayudarme. Cuán equivocada estaba... Se sentía inseguro y quiso hundirme para hacerse más fuerte; utilizaba mis inseguridades para cohibirme y así elevarse sobre mí. Y cómo dolía.. No le era suficiente conmigo, siempre tenía ojos para otras. Y eso nunca fue un secreto. ¿Dónde estaba yo? "Si llegas a 70kg, dejarás de gustarme", dijo una vez. Y fue otro pisotón, que me hizo aún más pequeña, hasta

Encantada

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Encantada de estar donde estoy. De tener lo que tengo. Encantada de reír y llorar a carcajadas. De compartir lágrimas con almas puras. Encantada de recuperar mis fuerzas en un cajón que tenía olvidado. De sentirme invencible. Encantada de ver cómo mi mente ya no se acomoda en la oscuridad, y darme cuenta de que deslumbro. Encanta de conocerme y enamorarme de mí misma. Encantada de perderme y encontrarme. Encantada de volver a verme.

Magia

Son momentos de máximo esplendor. Hace unos meses me dijeron, secándome las lágrimas: "volverás a reír". Y no podía creerlo. Hoy la vida me sonríe, porque aprendí a sonreírle yo también.  Hay en mí un sentimiento que hace mucho tiempo que no sentía: felicidad. Esa felicidad brilla como una estrella que parece imposible de apagar. Me siento inmensa ante el mundo, más fuerte y más maestra. Todos mis sueños se están cumpliendo poco a poco. Aunque, a veces, me aborda el miedo de que algo malo va a venir a estropearlo, he aprendido a convertir los contratiempos en oportunidades. Comprendí que lo único que me voy a llevar es lo que voy a vivir; así que empecé a vivir lo que me quiero llevar. La magia me acompaña en cada paso que doy. Porque la magia se crea y estoy construyendo mi vida con la ilusión que me faltaba. Ilusión por vivir, por creer, por saber qué vendrá. Porque pensando bonito, se vive delicioso.