Anexo I

Has llegado, después de un tiempo sin saber tanto de ti, pisando más fuerte que nunca; diciendo "aquí estoy y voy a estar pase lo que pase" y haciendo que cuando estoy contigo me sienta en casa, protegida y a salvo. 

Amiga que da luz cuando todo está oscuro. Una luna que siempre brilla, y que, aunque no estemos en el mismo lugar (cosa que es rara), te noto cercana, porque siempre tienes hueco para un mensaje o una llamada.

Me has demostrado lo fuerte que puedes llegar a ser; que si quieres, puedes, por mucho que te duela; que contigo sirven los consejos y una charla nunca es una pérdida de tiempo.

Todo eso lo has conseguido tú, y, a cada paso que das me has agrandado el alma, porque tus victorias son también las mías. Eso es algo que tenemos en común: quizás, a veces, somos demasiado pasionales y nos afecta todo de más. Pero para eso nos tenemos, para darnos toques de atención cuando algo no va bien.

No tengo palabras suficientes para decirte lo mucho que te quiero y lo importante que eres para mí.
Solo quiero demostrártelo compartiendo momentos.

No te vas a librar de mí. Te tengo en la piel y eso significa que es para siempre.

Confío en ti, María. Y ojalá tú también confíes en ti de la misma forma en que yo lo hago. Porque es lo único que a veces te falla: ser impaciente y quererlo todo aquí y ahora, y no creer tanto en ti misma.
Si has llegado a donde estás es gracias a ti, y créeme que conseguir eso es lo más difícil. Solo queda lo fácil. 

Que también estaré para empujarte si te paras, para levantarte si te caes y para abrazarte siempre que lo necesites.

Disfruta todos los días de tu vida como solo tú sabes hacer, riéndote a carcajadas de conversaciones absurdas y subrealistas sobre caca, culo, pis o pedo; que te pongas tu mochila en los hombros y explores todo el mundo de tu alrededor; que te caigas en barrancos y te conviertas en gif; que no sepas qué ponerte y acudas a nosotras para pasear modelitos, o que no puedas peinarte y vengas a mi casa antes de salir de fiesta. 

Que vivas feliz y, sobretodo, que lo vivas viéndote yo.

Aranza.