Fabián


Fabián, has llegado al mundo para hacerlo un poquito mejor. Para hacernos a todos un poquito mejores.

Tienes por delante toda una vida llena de sensaciones, sentimientos y emociones.
Yo no voy a engañarte. La vida no es un camino de rosas. Se parece mucho a una montaña rusa, en la que ya te montarás algún día y con la que experimentarás cosquillas en el estómago y mucho vértigo.
Unas veces estarás arriba y te sentirás el rey del mundo. Otras veces, estarás abajo buscando la manera de elevarte de nuevo. En ocasiones verás cómo vas cayendo y otras, sin embargo, te caerás de bruces, sin darte apenas cuenta. Y tendrás que sacar fuerzas para levantarte.

Te enamorarás. Quizás solo una vez. O quizás miles de veces.
Te desesperarás buscando respuestas a muchas preguntas. Pero has de saber que hay cuestiones que nunca tendrán una respuesta. O quizás no la que esperas.
Te romperán el corazón y sentirás una pena que te ahogará. Pero no te mata. Créeme. No acabará contigo. Y romperás corazones que no querrás escuchar resquebrajarse.
Por tu vida pasarán muchas personas, que cumplirán una función y se irán. Otras se quedarán para siempre.
Reirás hasta llorar, sintiendo que tu alma se ilumina. Y no querrás que esos momentos se vayan de tu vida.

Hoy sé que toda mi vida, toda mi montaña rusa de sensaciones, me sirve para contarte que todo pasa por algo. Que hoy puedo contarte que es mejor arrepentirse de haber vivido, a tu manera, que quedarse con las ganas mirando por la ventana viendo cómo pasa el tiempo.

Ojalá tu vida esté llena de amor, de desamor, de alegrías y penas. Porque será la prueba de que has vivido plenamente, con todas sus consecuencias.
Ojalá no te falten nunca amigos a los que poder acudir para llorar y para reír. Que puedas sentirte afortunado de tenerlos cerca y que ellos te sientan indispensable en sus vidas.
Ojalá te caigas y te levantes, porque habrás aprendido a torear la vida, que a veces es muy caprichosa.
Ojalá guardes recuerdos de risas y carcajadas de las que te dejan sin respiración.
Ojalá aprendas que el amor mejor con las manos abiertas, para que venga y para dejar que se marche.

Ojalá un día leas esto y comprendas que tú fuiste un deseo irracional mío; que eres aquello bueno que la vida me prometió que llegaría; que, sin conocerte, te quise más que a nada; que cuando te vi por primera vez supe lo que era eso que llaman amor.
Ojalá sepas que nunca estarás solo, que estaré contigo, siempre pendiente de tus pasos.
Ojalá entiendas que no soy solo tu tía. Soy tu amiga y confidente. 

Y ojalá comprendas algún día que eres mi sueño hecho realidad.



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