La última
2022 se marcha. Y, como cada año, toca hacer balance.
Este año ha sido un año lleno de grandes momentos. Ha sido un año que ha traído consigo momentos de carcajadas, momentos de llantos, de luz y de mucha, mucha oscuridad, momentos de esperanza y momentos de desesperación total. Ha traído amor y también se lo ha llevado. Ha traído a personas nuevas y ha hecho que otras se marchasen.
2022 ha sido un año cargado de enseñanzas. Me ha enseñado que las amistades de verdad, van a escucharte la misma historia las veces que hagan falta; que si tienen que sacarte de tu cama, de la que no quieres salir porque no tienes fuerzas para nada, lo van a hacer. Y que, igual que te van a secar las lágrimas, también te van a reñir si estás haciendo algo mal, y van a reír contigo cuando sea el momento de reírse. Esos amigos son los que van a darte tu tiempo y tu espacio para que tú seas quien ponga el ritmo y la que decida cuándo, dónde y cómo. Los amigos de verdad están, aunque sea en la lejanía.
Este año también me ha enseñado que no todo el mundo va a actuar como tú lo harías o como tú esperarías; que el que es mentiroso, lo será incluso mirándote a los ojos. Que cuando hay dudas, ahí no es. Y si no es, no se acaba el mundo. Que existen personas que son capaces de abandonarte diciéndote que te ama y hacer como si no te hubieran conocido nunca. Que hay personas que son muy cobardes y harán cosas que jamás entenderás, pero que no tienes porqué entender, porque hay preguntas que jamás tendrán una respuesta.
Este año he aprendido a relajarme, a ser más positiva, más madura, más responsable. Me he hecho más fuerte y he luchado por mis sueños, a creer en mí misma, a valorarme y a serme un poquito más fiel y un poco más fiel a mi intuición, que nunca falla.
Este año ha sido duro, pero bonito. Porque todo lo que es difícil enseña y te entrena para lo que viene.
A 2023 le pido que me mantenga a esas amistades que han estado conmigo en 2022; que traiga nuevas personas sinceras que me aporten cosas bonitas; que mi familia siga completa y sana; que mis sobrinos sigan creciendo felices e inocentes; que yo siga queriéndome y poniéndome en primer lugar; que pueda tener la oportunidad de viajar y enriquecerme; que siga siendo fiel a mis aspiraciones; que siga cumpliendo sueños y alcanzando metas.
A 2023 le pido seguir brillando y seguir alegre y feliz, como empecé 2022, siendo fiel a mi esencia.
No me falles. Yo seguiré en pie.
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