Anexo I
Has llegado, después de un tiempo sin saber tanto de ti, pisando más fuerte que nunca; diciendo "aquí estoy y voy a estar pase lo que pase" y haciendo que cuando estoy contigo me sienta en casa, protegida y a salvo. Amiga que da luz cuando todo está oscuro. Una luna que siempre brilla, y que, aunque no estemos en el mismo lugar (cosa que es rara), te noto cercana, porque siempre tienes hueco para un mensaje o una llamada. Me has demostrado lo fuerte que puedes llegar a ser; que si quieres, puedes, por mucho que te duela; que contigo sirven los consejos y una charla nunca es una pérdida de tiempo. Todo eso lo has conseguido tú, y, a cada paso que das me has agrandado el alma, porque tus victorias son también las mías. Eso es algo que tenemos en común: quizás, a veces, somos demasiado pasionales y nos afecta todo de más. Pero para eso nos tenemos, para darnos toques de atención cuando algo no va bien. No tengo palabras suficientes para decirte lo mucho que